DEBE considerarse que todos los comportamientos sexuales que implican el contacto con otra persona o sus líquidos corporales contienen un cierto riesgo de transmisión de enfermedades transmitidas sexualmente. La mayor parte de la atención se ha centrado en controlar el VIH, que causa SIDA, pero cada ETS presenta una situación diferente.
Las infecciones de transmisión sexual son transmitidas de una persona a otra por medio de ciertas actividades sexuales, no son causadas por esas actividades sexuales: las bacterias, los hongos, los protozoos o los virus siguen siendo los agentes causantes. No es posible contraer ninguna ETS por una actividad sexual con una persona que no tenga una enfermedad; a la inversa, una persona que tiene una ETS la adquirió por el contacto (sexual u otro) con alguien que la tenía, o con sus líquidos corporales. Algunas ETS tales como el VIH se pueden transmitir de madre a hijo durante embarazo o la lactancia.
Aunque la probabilidad de transmitir varias infecciones por distintas actividades sexuales varía mucho, todas las actividades sexuales entre dos o más personas se deben considerar generalmente como una ruta de dos direcciones para la transmisión de las ETS.
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